sábado, 16 de enero de 2010

Prácticas día 13 enero 2010

El sueño Imperial de Carlos V

Nace el 24 de febrero de 1500 en Gante. Es hijo de Juana “La Loca” y Felipe “El Hermoso”. Es criado por su tía Margarita de Austria y su tutor es Adriano de Utrech. Toda la educación del joven príncipe se desarrolló en Flandes y fue colmada de cultura flamenca.

Recibe en herencia extensos territorios:

Por parte materna:

- Isabel: la corona de Castilla, lo que incluye Canarias, enclaves en Africa, Navarra y América.
- Fernando: la corona de Aragón Nápoles, Sicilia, Islas Baleares, Rosellón y Cerdaña.

Por parte paterna:

- María de Borgoña: Artois, Charolais, Franco Condado, Países Bajos (17 provincias con las incorporaciones realizadas por Carlos), Ducado de Borgoña.
- Maximiliano de Habsburgo: Sacro Imperio Romano Germánico, las patrimoniales de la casa de Austria y la dignidad imperial que debía ser ganada.

Con estos territorios Francia se ve amenazada y rodeada por el emperador.

A la muerte de Isabel la Católica en 1504, deja heredera a su hija Juana. Pero esta, con graves trastornos mentales es encerrada en Tordesillas (Valladolid) en 1509. Se crea un conflicto entre los partidarios de Felipe El Hermoso y Fernando el Católico. Felipe muere poco tiempo después, en 1506, agravando el estado mental de su mujer.

Los años entre 1504 y 1517 Castilla se irá transformando entre el fallecimiento de Isabel y la llegada de Carlos I. Desamparo de los castellanos porqué había algunos castellanos a favor de Fernando. Cuando muere Isabel hay divisiones entre los que quieren a Fernando, a Felipe, a Carlos, a Fernando (el segundo hijo de Juana que había nacido en España y vivía en Alcala de Henares) o incluso a Maximiliano. Esto genera incertidumbre, se respeta la institución monárquica pero no hay rey. En torno a 1508, se realiza un pacto entre los dos abuelos de Carlos, y en el que Maximiliano reconoce que Fernando será gobernador de Castilla (no regente), por lo que su poder se verá limitado por los aristócratas castellanos, y Carlos el heredero natural. Esta situación tranquilizó pero no sosegó, gobernador no es lo mismo que regente, tiene la administración pero no el control efectivo, esto explica la situación paradójica de ese momento. Hay ciudades que apoyan a unos y otras a otros. En dichas circunstancias, al llegar un rey extranjero, rodeado de una corte extranjera con pompa borgoñesa y pidiendo dinero no es bien acogido por los castellanos.

En enero de 1516, su abuelo Fernando II de Aragón redactaba su último testamento. En él, nombraba a Carlos Gobernador y Administrador de los Reinos de Castilla y León, en nombre de la reina Juana I, incapacitada por su enfermedad. En lo concerniente a la Corona de Aragón, el rey Fernando dejaba todos sus estados a su hija Juana, nombrando, también en este caso, Gobernador General a Carlos en nombre de su madre. Hasta que Carlos llegara, en Castilla gobernaría el cardenal Cisneros y en Aragón el arzobispo Alonso de Aragón.
En 1517 Carlos llega a Tazones (Asturias), el Cardenal Cisneros va a su encuentro pero muere en el trayecto.

Se celebran Cortes para ser jurado rey:

- Valladolid: febrero de 1518 es jurado rey por las Cortes de Castilla.
- Zaragoza: mayo de 1518 era jurado como Rey de Aragón.
- Barcelona: 1519
- Valencia: 1519 se quedan sin jurar los fueros.
Mientras, el emperador Maximiliano I moría el 12 de enero de 1519. El 28 de junio Carlos era elegido como nuevo Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y por ello decidió suspender el viaje hacia Valencia para ir a Alemania, convocando previamente Cortes castellanas en Santiago de Compostela para el 20 de marzo de 1520 para recaudar dinero para el viaje. De esta manera, Carlos envió a Adriano de Utrecht para que a través de él le juraran como rey y pudiera convocar Cortes en Valencia[], lo que provocó malestar entre los estamentos privilegiados; Finalmente, el rey cumplió la legalidad foral y antes de ir a las Cortes Generales de Monzón, convocadas el 1 de junio de 1528, pasó por Valencia y juró sus fueros el 16 de mayo de dicho año.
Es elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en Aquisgrán en 1520. En la elección participaban siete príncipes electores:

- 3 eclesiásticos (Colonia, Treveris y Maguncia)
- 4 laicos (Bohemia, Palatinado, Sajonia, Branbenburgo.

Se convoca La Dieta y los siete príncipes eligen entre los candidatos Enrique VIII, Francisco I y Carlos I. Gracias a las gestiones de su tía Margarita y al debido pago económico a los príncipes electores, es elegido Carlos como emperador del SIRG.

Durante su ausencia de España para ser nombrado emperador, deja la regencia a Adriano de Utrech, que luego será cardenal y más tarde Papa. Ya su llegada a Castilla había supuesto descontento en los castellanos por ser un joven inexperto que desconocía las costumbres e idioma de su reino y por depositar su confianza en sus colaboradores borgoñones que le habían acompañado desde los Países Bajos, a los que le procuró altas dignidades y acceso a rentas y riquezas. Los castellanos se lo hicieron saber en las Cortes de Valladolid de 1518, pero fueron ignorados por el rey. El malestar desde su partida se fue extendiendo por Castilla, y el incendio de Medina del Campo extendió el foco de la rebelión comunera por Castilla, se inicia en Toledo y de ahí pasa a Burgos, Cuenca, Guadalajara, Salamanca, Valladolid y Zamora. La revuelta es liderada por sectores liberales de oligarquías urbanas, clérigos y nobles medios. Destacan tres líderes: Juán de Padilla en Toledo, cuya esposa, María Pacheco acompañada del obispo de Toledo, Acuña, resiste y provoca un alargamiento de ocho meses de la contienda al morir su marido; Juan Bravo en Segovia y Maldonado en Salamanca.
El programa que reivindican los comuneros es:
- Limitar el poder real.
- Poner freno al poder de la nobleza
- Reducción de los impuestos, incrementados como consecuencia de la necesidad de conseguir subsidios para los viajes y contiendas del emperador.
- Descenso del gasto público (exigiendo mayor participación política de las ciudades)
- Disminución de las exportaciones de lana y mayor protección a la industria textil.
Los “revoltosos” constituyen una Junta en Avila, Junta de Comuneros, en 1520 y Juan Padilla es nombrado Capitán General. Se entrevistan con la reina Juana y logran su apoyo verbal y la Junta se constituye en Gobierno legítimo.
Las revueltas antiseñoriales y la gestión de Adriano de Utrech, que consigue ganarse a la aristocracia a cambio de cesiones, provocaron que la nobleza apoyara al emperador, y el movimiento fue perdiendo aceptación en las ciudades. Finalmente los comuneros, al mando de Juan de Padilla, fueron vencidos en la batalla de Villalar (Valladolid) en 1521.
En los territorios de Levante se produjo el movimiento de las Germanías. Los artesanos de Valencia poseían el privilegio del reinado de Fernando el Católico para formar unas milicias en caso de necesidad de lucha contra las flotas berberiscas. En 1519 Carlos V permitió la formación de esas milicias y se pusieron al mando de Joan Llorenç.
En 1520 cuando se produjo una epidemia de peste en Valencia y los nobles abandonaron la zona, la milicias se hicieron con el poder y desobedecieron la orden de Adriano de Utrecht de su inmediata disolución. Piden reivindicaciones sociales y económicas. Se produce la Junta de los Trece y se radicaliza el movimiento (en Xativa, en Gandía). En pocos días el movimiento llegó a las islas Baleares en donde duró hasta 1523.
Después de la derrota de los comuneros, el ejército acabó con el conflicto de las Germanías. Se reprimieron más duramente con castigos económicos de confiscaciones y multas.

La Década española

Carlos I aprende castellano y viaja por Castilla y Aragón para darse a conocer a sus súbditos. Se casa con Isabel de Portugal, como habían solicitado los comuneros, la cual actúa de regente en las ausencias de su marido.
Se asume la etiqueta borgoñona y la vida cortesana asume esas costumbres más lujosas que influirán también en la arquitectura. Gusta de banquetes, fiestas y música, equitación y caza. “el cortesano” lleva un modo de vida renacentista. Es una corte humanista, donde se valora el clasicismo y que los cortesanos se parezcan lo más posible a las cortes clásicas, con armas dialécticas y de comportamiento.

El arte de la Guerra

Carlos I tuvo tres frentes abiertos y en ocasiones simultáneos:
1. Rivalidad con Francia
2. Luchas contra los turcos
3. El protestantismo


1. La rivalidad Francisco I – Carlos I

Ambos protagonizaron un enfrentamiento constante durante toda su existencia. Entre 1521 y 1544 mantuvieron cuatro guerras: dos en la década de los veinte, una en la década de los treinta y una en la de los cuarenta.
Ambos soberanos rivalizaron por el título de emperador a la muerte de Maximiliano I, que acabó con el nombramiento de Carlos como emperador.
Carlos V aspiró a una monarquía universal en la que su dinastía estaría destinada a desempeñar una hegemonía europea, basada en una relación pacífica con el resto de monarquías cristianas que le permitirían unir esfuerzos contra los infieles turcos: el ideal de la Universitas cristiana. Carlos V estaba imbuido del ideal del cruzado medieval, pero nunca consiguió su objetivo de liderar una Europa cristiana unida contra los turcos, porque se lo impidieron tanto los franceses y los protestantes alemanes.
Los particularismos políticos y religiosos del siglo XVI no evolucionaban hacia la unidad sino hacia la división tanto política como religiosa. La consolidación de las monarquías nacionales del Renacimiento se oponía a las aspiraciones a un poder universal por parte del emperador y la unidad de la iglesia cristiana era cuestionada por los luteranos.
El acceso al trono de Carlos I fue coetáneo con el estallido de la reforma luterana y con la ruptura de relaciones con Francia a causa del dominio del norte de Italia.
Carlos I, consideraba en un inicio, que con un concilio general se podrían debatir los problemas teológicos planteados y afrontar las oportunas reformas tanto de dogma como en la disciplina de la iglesia, pero ni los luteranos ni el Papa quisieron un compromiso de este tipo. Por una parte, los luteranos, además de las diferencias doctrinales tenían diferencias políticas. Muchos príncipes germánicos abrazaron la causa protestante como forma de oposición al emperador además de beneficiarse de la secularización de los bienes de la iglesia. El emperador quiso transformar su poder simbólico en otro más fuerte en contra del fortalecimiento de los príncipes aspirantes a disfrutar de una soberanía real que incluyera también la confesionalidad de sus estados. Por otra parte, el Papa, temeroso de una excesiva tutela imperial sobre la Iglesia no puso gran esfuerzo en la convocatoria de concilio, y cuando por fin lo hizo en 1545 en Trento, era ya demasiado tarde.
La primera de las hostilidades francesas se produjo a raíz del levantamiento de las Comunidades, donde Francia invadió Navarra y Flandes en 1521 sin éxito, pero la gran discordia fue el Milanesado, territorio en poder de Francia pero crucial para Carlos V, cuyo control le permitía unir sus dominios centroeuropeos con los Mediterráneos y usarlo como protector para asegurarse sus dominios del sur de Italia, de las “Dos Sicilias”. Aprovechando la división de tropas francesas, que León X quería expulsar a los franceses del Ducado de Milán para obtener Parma y Plasencia y el descontento de un sector de los milaneses hacia el gobierno francés, tropas imperiales y pontificias al mando de Próspero Colonna y Lescaire atacaron a los franceses en lombardía y tomaron Milán. Parma y Plasencia volvieron al dominio de la Santa Sede y contadas plazas lombardas quedaron en manos francesas.
Francia intentó recuperar el Milanesado pero sin éxito. Después de la batalla de Bicoca (1522) los franceses fueron rechazados del norte de Italia conservando exclusivamente la ciudadela de Cremona. Las fuerzas imperiales tomaron Génova e Inglaterra, aliados del emperador penetraron en el norte por Calais.
Rodas cayó en poder de los turcos en 1522 y el emperador fue reprochado por el Papa por no haber acudido en su auxilio, en un afán propagandístico achaco al comportamiento de Francia su imposibilidad de acudir en auxilio de la cristiandad frente a los otomanos. Francia volvió a intentar recuperar sus posesiones en el norte de Italia en 1523-24 que se saldaron con nuevos fracasos. Finalmente, el Papa se unió a la liga antifrancesa formada por el emperador, Inglaterra y Fernando (hermano del emperador), en la que se incluyeron la mayoría de Estados italianos incluida Venecia.
A finales de 1524, Francisco I logró entrar en Milán y asediar Pavía, pero las tropas imperiales vencieron en la batalla de Pavía (1525) e hicieron prisionero al rey francés que fue trasladado a Madrid. En 1526 Francisco I, prisionero, firmó un tratado por el que se comprometía a entregar el ducado de Borgoña, a renunciar a cualquier pretensión sobre Nápoles y Milán y a tomar como esposa a la hermana del emperador, Leonor, viuda del rey de Portugal. También reobligaba a restituir bienes y dignidades al condestable de Borbón. Como garantía su libertad fue canjeada por el cautiverio de sus dos hijos mayores – el Delfín y el duque de Orleáns- pero Francisco I nunca entregó Borgoña. El Milanesado volvió a la familia Sforzza bajo protectorado español. Ante este incremento de poder del emperador, Inglaterra y el Papado se retiraron de la alianza.
Segundo Conflicto Hispano-francés
Los antiguos aliados del emperador – el Papa Clemente VII y los Estados italianos independientes –Venecia, Florencia y Milán- temerosos del excesivo poder hispánico formaron con Francia e Inglaterra otra liga, la liga de Cognac (1526). Hasta entonces las ligas se habían hecho para frenar el poder de Francia ahora se hacían en torno a esta para frenar el poder del emperador, con el objetivo de expulsar a las tropas imperiales del Milanesado y de Nápoles.
El desarrollo de la segunda guerra hispano-francesa tuvo des hechos importantes: el saco de Roma de 1527 y la deserción del almirante genovés Andrea Doria de su alianza con Francia a favor del emperador (1528). Tropas mercenarias al mando del condestable de Borbón se dirigieron hacia Roma y saquearon la ciudad, el condestable murió en el saqueo y los mercenarios, sin dirigente y sin paga se dedicaron a cometer todo tipo de expolios hasta tomar prisionero al Pontífice. El emperador concertó la paz con el Papa que fue liberado el 6 de diciembre de 1527.
Los ejércitos franceses, pusieron sitio a Nápoles en verano de 1527 apoyados por la flota genovesa de Andrea Doria. El cambio de bando del almirante genovés a favor del emperador permitió salvar el sitio de Nápoles. Los franceses tuvieron que desbloquear Nápoles y retirarse. En 1529 se firmó la Paz de las Damas – negociada entre Margarita de Austria y Luisa de Saboya (madre de Francisco I)- Francia renunciaba a sus aspiraciones sobre el Milanesado, Nápoles y Génova y Carlos V dejaba sus reivindicaciones sobre Borgoña. Esa paz consagraba la hegemonía española en Italia y para certificar el éxito este culminó con la solemne coronación imperial de Carlos V por el Papa Clemente VII en Bolonia en febrero de 1530.
La paz con Francia duraría siete años pero las hostilidades diplomáticas antiimperiales no cesaron, intensificando sus relaciones con el Imperio turco y apoyando a los príncipes protestantes de Smalkalda.
En 1535 murió sin descendencia el duque de Milán Francisco II Sforza, Francisco I reivindicó el ducado para uno de sus hijos, rompiendo el tratado firmado con el emperador. El rey francés invadió Saboya y el norte del Piamonte en 1536 y Carlos V invadió la Provenza. El tercer conflicto hispano-francés concluyoçó por medio de la tregua de Niza (1538) con el arbitraje del Papa Paulo III, que mantuvo la situación anterior aunque dejó en manos francesas el Piamonte y Saboya. También se adoptaron compromisos de unir fuerzas contra los turcos, detener el luteranismo y apoyarla convocatoria de un Concilio. La tregua solo duró cuatro años.
En julio de 1542, Francisco I rompió de nuevo la tregua, aprovechando la investidura del príncipe Felipe como duque de Milán y el fracaso de Carlos V ante Argel. En la cuarta guerra, España contó con la alianza inglesa. La alianza de los franceses con los turcos y la acogida dada por los puertos franceses a Barbarroja aproximó a los príncipes franceses al emperador. Se combatió en loa Pirineos y el Piamonte, donde los franceses derrotaron a los españoles en Cerisoles, los españoles contrarrestan con un avance anglo-español desde los Países Bajos contra París. El conflicto fue liquidado con la Paz de Crepy-Meudon en septiembre de 1544. En esos momentos la hacienda castellana se encontraba en un momento crítico. Se resolvió con una boda, Francisco I volvía a renunciar a cualquier derecho sobre el Milanesado, Nápoles y el condado de Asti, devolvía Saboya y el Piamonte y con la boda del duque de Orleáns con la hija de Fernando de Austria recibiría Milán como dote, peor la inesperada muerte del duque provocó que el emperador se quedara con Milán y Francisco I mantenía Saboya.


2. Lucha contra los turcos

Tras el acceso al trono de Soliman II el Magnífico (1520-1566), los turcos iniciaban una nueva ofensiva en el Danubio, conquistaron Belgrado en 1521 y asediaron Viena en 1529. Atacaron Hungría y derrotaron a Luís II que murió en la batalla. Como consecuencia de esta muerte, las coronas de Bohemia y Hungría recayeron en Fernando de Austria, el hermano del emperador, convirtiéndose en vecino del Imperio otomano que dominaba desde Hungría al Yemen y desde el Danubio hasta el Golfo Pérsico.
Los turcos realizaron un nuevo asedio contra Viena en 1532, mientras que sus aliados berberiscos realizaban hostigamientos contra los dominios hispánicos en le mediterráneo. Fernando, rey de Bohemia y Hungría firmo treguas con los turcos a partir de 1533 y el Emperador pudo desentenderse durante un tiempo del frente terrestre con Turquía.
Carlos V tenía vastos dominios en el Mediterráneo, tanto hispánicos como italianos, hostigados constantemente desde el norte de Africa por los musulmanes. En su ideal de cruzada, de defensa de la cristiandad y de lucha contra el infiel tuvo una política de control de la situación en la que incluso cedió territorios, como Malta y Trípoli a los Caballeros de la Orden de San Juan de Dios, y establecimiento de relaciones de Vasallaje, como con Túnez.
Una gran expedición zarpó de Génova, a la que se unió el emperador desde Barcelona y con participación portuguesa conquistaron en 1535 La Goleta y Túnez restableciendo en el trono a su aliado. Carlos fue festejado en toda Italia como un triunfador, sin embargo Barbarroja en septiembre de 1535 tomó y saqueó Mahón con ayuda de Francia que habían firmado una alianza franco-turca.
La cooperación de las flotas francesas y otomanas y la amenaza y saqueos de las costas italianas produjeron una aproximación del Imperio con el Papado para luchar contra los turcos y Venecia. Batalla de Preversa.
Argel era la principal base de operaciones y razias piráticas de donde salían las expediciones de ataque y saqueo contra las costas y naves hispánicas. Carlos V intentó la toma de Argel en 1541 pero fue un rotundo fracaso. En el Mediterráneo la situación se fue decantando progresivamente a favor de los otomanos y sus aliados, los Estados bereberes norteafricanos, mientras por otra parte, se había reavivado la guerra con los turcos en Hungría, donde Fernando se encontró con dificultades para conservar sus posesiones en el norte y en el oeste del País.
En 1545 se firmó otra paz entre Fernando y Soliman II, ratificada por el tratado de Estambul en 1547, suscrito por Carlos V y Soliman II.

3. Lucha contra el protestantismo. Liga de Samalkalda.

Por la paz de Crepy, Francia se comprometía a solicitar al Papa la convocatoria de un Concilio, que inició sus sesiones en Trento en diciembre de 1545. No fue ya un lugar de encentro de católicos y protestantes para resolver sus discrepancias ya que los protestantes se inhibieron y la reunión conciliar quedó reducida al ámbito católico. Se planteó la reforma de la Iglesia y la lucha contra la Reforma protestante. En mayo de 1543 se había llegado a un acuerdo sobre un texto de 23 artículos, pero Lucero por un lado y el Papa por otro rechazaron el compromiso.
En la Dieta de Ratisbona (1546) logró ilegitimar a los principales líderes de la liga de Smalkalda. Dispuesto sin embargo a volcar todo su poder en la erradicación del protestantismo y, con el apoyo papal, resolvió a ir a la guerra. Esta se desarrolló en dos fases: la primera a orillas del Danubio, en 1546, consiguió la sumisión del su de Alemania; la segunda, en 1547, a orillas del Elba, el emperador venció a la liga de Samlkalda, en la batalla de Mühlberg en Sajonia. La liga quedo desarticulada y los principales líderes hechos prisioneros. Tras la victoria, Carlos V quiso reformar la constitución del Imperio en un sentido monárquico, que incluís la forja de una liga militar bajo la égida imperial, y trató de imponer una solución religiosa al problema protestante. Tuvo un gran frente opositor a esta reforma, incluyendo a aquellos príncipes católicos que le habían secundado anteriormente. La reforma religiosa que intentó imponer el emperador a través del Interim de Augsburgo de 1548 consistía en una reconciliación de las dos iglesias rivales, donde el catolicismo salía como religión de Estado en toda Alemania pero con concesiones a los protestantes. Esto no satisfizo ni a católicos ni a protestantes que estaban cada vez más radicalizados. La victoria imperial no modificó las fronteras religiosas en Alemania y tras el derrumbe político de Carlos V se reanudó la guerra. Carlos V no pudo impedir la división religiosa de Alemania y Europa en dos bloques: el protestante y el católico.
La tensión familiar por cuestiones dinásticas se la Casa de Austria, entre Carlos V y su hermano Fernando, facilitó el alzamiento de varios príncipes luteranos, e incluso católicos, contra el Emperador, contando con la alianza de Francia, cuyo nuevo rey, Enrique II, pactó con los revoltosos el tratado de Chambord y convenció además al sultán de Turquía para que desencadenara una nueva ofensiva contra los Austrias en Hungría. Ello coincidió, en Italia, con la expulsión de Siena de la guarnición española y el desencadenamiento de un conflicto que duraría tres años. Paralelamente operaciones en le Mediterráneo condujeron a la derrota de Andrea Doria en Terracita frente a la flota otomana. Mientras, los ataque piráticos no cesaban en las costas mediterráneas y la monarquía española comenzó a perder plazas en el norte de Africa.
En 1552, varios príncipes alemanes, liderados por Mauricio de Sajonia, se rebelaron contra el Emperador. La mayoría de Estados alemanas esperó a ver como se desencadenaban los acontecimientos sin actuar. Enrique II, proclamado “defensor de la libertad germánica y de los príncipes cautivos” intervino conquisatando Metz, Toul, y Verdún en Lorena, mientras Mauricio de Sajonia, atacaba por sorpresa al Emperador en el Tirol obligándole a huir a Innsbruck. El Emperador, agotado, cedió la negociación a su hermano Fernando, que se perfiló como el mediador entre católicos y protestantes.
La paz se alcanzó en 1555 en la que se oficializó la división religiosa del mundo germánico entre católicos y protestantes.

La crisis del sistema político y económico y la imposibilidad de acabar con la herejía en Alemania llevaron a Carlos V a adoptar la resolución de abdicar de sus estados. Entregó los Países Bajos a su hijo Felipe en octubre de 1555. Le cedió a continuación la soberanía de sus reinos hispánicos en enero de 1556 y finalmente la abdicación del Imperio tuvo lugar en agosto de 1556, no haciéndose efectiva hasta 1558, cuando fue elegido su hermano Fernando.
Tras renunciar a sus poderes se retira al monasterio de Yuste, donde pasa sus últimos años dedicado a la caza, pesca, música y a sus relojes.
En 1558 muere el primer Austria español.

Editado por Rocío Moreno

Bibliografía
Alfredo Floristán, Historia Moderna Universal. Ariel
Manuel Fernández Alvarez, Carlos V, el Cesar y el Hombre. Espasa Forum

No hay comentarios:

Publicar un comentario