lunes, 2 de noviembre de 2009

APUNTES DE CLASE DEL 30-10-2009 Y AMPLIACIÓN PRSONAL

LA AGRICULTURA Y LA GANADERÍA

SIGLO XVI

Aunque la producción agrícola europea no era uniforme en todas las zonas, F. Mauro distingue cuatro grandes áreas diferentes: mediterránea, nórdica, atlántica y centro-oriental.

Mediterránea.- En la parte montañosa madera y pastos para el ganado. En la ladera, olivo, trigo y vid. Las mesetas eran auténticos graneros de trigo

Zona nórdica.-
Francia y Alemania. Las propiedades eran comunitarias (bosques, landas y prados) e individual (campos y jardines). El ganado tenía libre paso y pastos en común. La rotación en los campos era trienal (trigo, centeno y avena o cebada)

En las dos zonas la población se agrupaba en pueblos o aldeas en torno a la iglesia.

Zona atlántica.- Podemos distinguir tres áreas: Fandes, Inglaterra y el oeste y el suroeste francés y el oeste de la Península Ibérica.
Flandes, se extiende hasta el norte, hasta los Países Bajos, muy desarrollados agrícolamente, estaban dominados por la ganadería, la agricultura estaba muy perfeccionada. Además tenían una importante industria tectil, que fomentó el cultivo del lino y el cáñamo.
El mejor exponente e su desarrollo serían los polders. Con ellos la lucha contra el mar había permitido un gran avance de las técnicas hidráulics y de drenaje.

En Inglaterra y el occidente francés se produciría la "revolución de los cercamientos" que, junto con el desarrollo ganadero y una organización racional de las tierras daría lugar a una agrucultura de altos rendimientos.

En el centro y el este de Europa, el bosque estaba siendo desbrozado. Los cereales se cultivaban como se hacía en la Europa nórdica. Muy pronto el trigo europeo ocuparía un papel preponderante en la población que iba aumentando a lo largo de todo el siglo y Polonia sería su granero.

Con el paso del siglo se fueron mejorando ciertas técnicas agrícolas y algunas zonas se especializaron en determinadas producciones: horticultura en los Países Bajos, arroz en el Valle del Po, Vid en el mediodía francés ... Pero esto no solucionó el problema. Ya desde finales del siglo XV se detecta en toda Europa, del Atlántico al Elba, del Báltico al Mediterráneo, un alza importante en los precios, especialmente en los productos de primera necesidad, al aumentar progresivamente la demanda como consecuencia del aumento demográfico. Este alza, que comienza paulatinamente significará un auténtico cataclismo a mediados del siglo, ya que los sistemas económicos no están preparados para un cambio tan drástico.
Pero no sólo subirán los alimentos, también la materia prima como la lana, cuyo precio fue siempre por encima del trigo y ello provocó que muchos campesinos se hicieran ganaderos para sacar mayor rentabilidad, con los conflictos que esto suponía entre agricultores y ganaderos.

En muchas zonas de Europa había que importar alimentos (Los Países Bajos importaban el 14% del grano que consumían). Por contra, el utillaje sigue siendo el mismo, el arado, la guadaña, los molinos de viento con algunas mejoras y que no acaban de generalizarse en Europa.
La alimentación se mantenía dentro de una cierta monotonía y claras deficiencias, y el vestido no se adaptaba a los cambios estacionales.

La Mesta
España era un país agrícola y ganadero. La lana era una de las principales fuentes de riqueza. El ganado ovino transhumante se extendió sobre todo por las dos Castillas y Extremadura y estuvo controlada por la Mesta, de la que formaban parte cuatro cabañas principales: Segovia, León, Soria y Cuenca, que gozan de cierta autonomía geográfica. Segovia era el centro de mayor importancia estratégica, pues constituía el punto de enlace de las cañadas mayores al cruzar el Sistema Central. Los agostaderos etaban en los Montes de León y de Burgos, en los Montes Universales y en la Penibética y los invernaderos en la Mancha y Extremadura.

La Mesta tenía sus propios funcionario, los alcaldes de cuadrilla y los seis alcaldes entregadores, encargados de conservar en buen estado las cañadas, proteger a los pastores contra las demandas y abusos y defender sus privilegios, entre ellos el de posesión, que permitía a la Mesta disfrutar a perpetuidad de una tierra, antes cultivada, por la misma renta en que se alquiló el primer año, o si se trataba de una tierra sin cultivar, usarla ya siempre para pasto cuando ya la había ocupado un año, aún sin el consentimiento del dueño.
Estos privilegios provocaron no pocos conflictos con los campesinos que casi siempre salían perdiendo. Los mesteños contaban con la influencia de su poderosa organización y con la protección de la corona, ya que la lana de la oveja merina se vendía ventajosamente en el mercado internacional. Además, los rebaños transhumantes pagaban a la corona un derecho de montazgo que suponís una importante fuente de ingresos para las arcas del Estado.

SIGLO XVII

La agricultura sigue siendo la actividad económica predominante, la mayor parte de la población cultiva cereales en el campo. Las semillas son malas, el utillaje antiguo, los rendimientos son bajos y están siempre expuestas las cosechas a las condiciones meteorológicas y por tanto, siempre expuestas a las tan temidas crisis de subsistencia.
La agricultura del siglo XVII padecerá el empeoramiento del clima y vivirá malas cosechas.
Por el sistema de rotación se procuraba un abastecimiento de cerales. Primero el centeno, que irá dando paso al trigo y al maíz. Con el paso del siglo, la zona mediterránea se empobrecía y a finales del siglo, tanto el Mediterráneo como la zona del Este de Europa eran las más deprimidas

A pesar de la inmovilidad, se produjeron algunas innovaciones que presagiaban la denominada "revolución agrícola" del siglo siguiente.. La vid ganaba terreno y la patata se impuso en Irlanda. Pero serían los Países Bajos quieren hicieron los esfuerzos más sistemáticos. Se introdujeron plantas forrajeras en los cultivos, seleccionaron semillas, aclimataron especias como el clavo, drenaron terrenos. Hacia 1640, los tulipanes protagonizaron un auge espectacular que provocó una fuerte especulación y una estrepitosa caída.
El norte del Danubio exigió un fuerte reajuste agrícola, que no se dió en las pobres tierras del sur.

También progresa la agricultura colonial, especialmente en las Antillas y en las Costs del Brasil, gracias a las plantaciones.

SIGLO XVIII
En este siglo se experimenta un incremento de la producción agraria como consecuencia de una agricultura intensiva, que elevó los rendimientos usando unas técnicas más modernas utilizando cultivos tradicionales, extendiendo las zonas cultivadas, pero oos pareos de labranza seguían siendo los mismos.

Normalmente se utilizaba la rotación trienal, a veces bienal y otras "de año y vez", con los aperos de siempre y un abonado muy deficiente.

De nuevo asistimos en este siglo a un aumento demográfico. Ante esta demanda de alimentos no se intensificó la producción, reduciendo el barbecho, sino que se roturaron nuevas tierras que antes no se sembraban y siguiendo con el mismo sistema de rotación de cultivos. Para ello se utilizaron terrenos deforestados, con las consecuencias que ello acarrearía.

Inglaterra sería el país que más avances logró. En 1730, el vizconde Townshend abandonó la política y se dedicó al cultivo del nabo y el trébol, en lugar de dejar la tierra en barbecho, asegurando así la alimentación del ganado durante el invierno. El valor de la tierra se duplicó y por ello se interresaron otros nobles ingleses. En estas fechas, un jurista, Tull, propagó los principios agronómicos con su libro "La nueva agricultura con azada" (1731), preconizando el uso de una variada gama de aperos perfeccionados.

Además, se producen transformaciones profundas en el sistema de propiedad. Los campos abiertos (open fields) , definían el paisaje en toda Europa, también en Inglaterra en la primera década del siglo XVIII. Las presiones de los terratenientes que deseaban sacar mayores beneficios a sus tierras, llevaron al Parlamento a dictgar centenares de leyes de cercamiento (enclosures), cercando las propiedades privadas y algunas tierras comunales. Así se reordenó la propiedad favoreciendo la iniciativa individual. Esto produjo que muchos pequeños campesinos, que utilizaban las tierras comunales, se convirtieran en mano de obra disponible para unos sectores manufactureros, comerciales y de servicio en una fuerte expansión.












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